A través de los sentidos fluyen cantidades incontables de información, de la cual un muy pequeño porcentaje es información que podemos categorizar o de la cual tenemos referencia, ya sea consciente o inconsciente. Esta pequeña parte de información es la que define nuestro mundo y nuestra burbuja de seguridad; esa es la información que podemos definir e interpretar.
Por otro lado, la información que no podemos procesar o definir, esa información que entra por nuestros ojos y demás sentidos pero que no entendemos por falta de referencia y definición (Meaningless Data) es el punto central de esta investigación.
Ej: sí un botánico va a un bosque acompañado por alguien que no sabe nada de plantas, se vuelve evidente que el botánico percibe ese bosque muy diferente a su acompañante; aunque la información visual que ambos reciben es la misma, hay algo dentro del cerebro del botánico que le define ese mundo y ese momento con mucho más detalle. La persona que no sabe nada de plantas experimenta lo que se llama “ceguera vegetal”, un concepto que describe esa visión del mundo como la proyección de una plasta de color sin definición. El botánico ve todas las diferencias y reconoce las variedades, además de conocer sus usos es capaz de identificar las especies y percibe situaciones que la otra persona no reconoce o entiende.
Pero entonces sí la información visual que esta disponible es la misma para ambas personas, ¿qué es lo que una persona que desconoce lo que ve puede ver al no saber que es lo que está viendo?
Ej: sí dividimos un papel gris en dos segmentos iguales y colocamos un segmento sobre un fondo negro y el otro sobre un fondo blanco, cada segmento se verá de un tono de gris diferente al otro. Este fenómeno se presenta aunque uno sepa que los dos segmentos son del mismo tono y color de gris, a pesar de que uno mismo haya cortado y pintado ese papel las dos mitades no se ven iguales. Sin importar cuanto uno quiera y sepa que son iguales no se pueden ver así.
Esto significa que a pesar de que se tenga el conocimiento, la capacidad de interactuar y el método con el cual definir esa situación, aún así no podemos percibir como sabemos que deberíamos poder hacerlo. Esto quizá quiera decir que la explicación con la que se razona esta situación es insignificante debido a la forma en la que la percibimos, así como para el método cognitivo de cómo percibir.